Constructora sueca acusada por contaminar y promover esquemas de corrupción

Las operaciones de la empresa constructora sueca Skanska en Perú, Argentina y Ecuador están en el ojo de la tormenta por sus prácticas contaminantes, violatorias de los derechos humanos y de dudosa transparencia.

Skanska con sus proyectos de construcción de infraestructura, explotación petrolífera y gasífera afecta gravemente los recursos naturales, los trabajadores, los pueblos originarios y las finanzas públicas. La denuncia ante el Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP) es presentada por el Centro de Investigación y Prevención de la Criminalidad (CIPCE), un programa dependiente del Centro de Políticas Públicas para el Socialismo (CEPPAS).

Skanska es una de las diez constructoras más grandes del mundo, y gestiona proyectos también en Bolivia, Brasil, Chile, República Checa, Dinamarca, Finlandia, Hungría, México, Noruega, Polonia, Suecia, Reino Unido, Estados Unidos y Venezuela.

En el caso de la presencia de la corporación en Argentina presentado ante el TPP, se enfocará el análisis de la concesión que ganó Skanska para la ampliación de las redes de gas de todo el país, en el marco de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA). Una de las iniciativas que se llevó a cabo en ese plan fue el llamado Proyecto Deán Funes para la ampliación del Gasoducto Norte, que en 2005 terminó en los tribunales por los delitos de evasión impositiva agravada, y constitución de una asociación ilícita tributaria. La pesquisa reveló, entre otras cosas, la emisión de facturas apócrifas por parte de la empresa, y se siguen investigando actos de corrupción que involucran a altos jerarcas de gobierno. La existencia de sobreprecios injustificados y el pago de comisiones indebidas a través de las cuales se canalizaron coimas a funcionarios públicos del Estado Nacional, más la evasión de impuestos configuraron una clara afectación al erario público privándolo de recursos económicos para el financiamiento de políticas públicas. Se calcula que Skanska es responsable de haber desfinanciado al Estado en por lo menos 20 millones de pesos más el valor total de evasión impositiva.

Por otra parte, en Perú la constructora sueca participó en el polémico plan de ampliación del Gasoducto Camisea, en el que se vio involucrada en denuncias de actos de corrupción y pago de sobreprecios, además de su responsabilidad en daños ecológicos irreparables debido a las múltiples explosiones causadas por el incumplimiento de especificaciones técnicas y la falta de un sistema de protección de las tuberías. Entre otras cosas, en el marco del proyecto Camisea se registraron cuatro derrames de gas líquido, experiencia que ha sido catalogada como uno de los peores desastres ambientales que ha habido en todo el Amazonas y uno de los mayores del mundo.

En Ecuador, Skanska tuvo a su cargo en 2005 la construcción de una carretera para el Bloque 31, que la petrolera brasileña Petrobras explota en territorio Huaorani, más precisamente en el Parque Nacional Yasuní. Denuncias de los Huaoranis y organizaciones ecologistas sobre los impactos ambientales en este importante centro de la biodiversidad provocaron que la autoridades ecuatorianas retiraran la licencia de Skanska, pero aún existe la posibilidad (y las negociaciones) para que Skanska retome las operaciones en esa zona. Además, las operaciones de la empresa en los bloques petroleros 18 y 16 generaron denuncias por fraude, quema ilegal de gas, descarga de aguas y desechos, discriminación de género y malos tratos con sus trabajadores, entre otros aspectos. Los denunciantes afirman que estas actividades son difíciles de investigar porque la región está militarizada y Skanska cuenta con sus propios guardias privados.

Estos casos son ejemplos de privatización de la justicia y de la impunidad de que goza la empresa a pesar de las infracciones que comete. Eso sucede por varios motivos: las normas nacionales no prevén regímenes de responsabilidad para las empresas; los órganos de control, jueces y fiscales no son independientes; y son importantes los vínculos y la influencia de la empresa sobre los poderes políticos locales. Es por eso que el caso es presentado ante el TPP.

Eje temático: Infraestructura para el Saqueo

Organizaciones denunciantes: Centro de Políticas Públicas para el Socialismo – CEPPAS (Argentina), Colectivo SKAMSKA (Suecia).