Telecom Italia/Telefónica vs. Bolivia: el poder corporativo frente a la soberanía del pueblo

En abril de 2007, el gobierno boliviano anunció su intención de renegociar los términos de la privatización de la empresa de telecomunicaciones Entel, que benefició desde 1995 a la empresa italiana STET (hoy Telecom Italia, donde la española Telefónica tiene 10% de las acciones). Se trata de un sector estratégico para el desarrollo social y económico, y por ello el gobierno determinó la necesidad de tener una mayor participación para gestionar la empresa desde el interés público. Telecom Italia apeló al Tratado de Protección de las inversiones firmado por Bolivia y los Países Bajos y al Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI) panel arbitral secreto del Banco Mundial, el cual tradicionalmente favorece a las empresas transnacionales.

El 23 de abril de 2007, el gobierno boliviano ordenó la transferencia de 47% de las acciones de Entel al Ministerio de Obras Públicas. Estas acciones pertenecían a un fondo público de pensiones de los bolivianos, administrado por Zurich Financial Services and Prevision (AFP), una subsidiaria del banco español BBVA. El gobierno inició asimismo una negociación con ETI Entel para comprarle 3% de las acciones restantes con el objetivo de contar con 51% de la propiedad de la empresa y poder administrarla. Telecom Italia, a través de Euro Telecom International SV (ETI), una empresa registrada en los Países Bajos pero directamente controlada por la transnacional italiana, protestó ante una amenaza sobre sus intereses económicos.

Un mes después, el 2 de mayo de 2007, el gobierno boliviano anunció que ya no reconocía la jurisdicción del CIADI en su territorio, acción que debía cobrar validez tras un periodo de 6 meses. El 12 de octubre de 2007, poco tiempo antes de que este periodo de 6 meses expirara, ETI presentó una demanda contra Bolivia ante el CIADI y demandó que se abriera un caso de arbitraje pidiendo compensaciones por las pérdidas que la decisión boliviana de comprarle el 3% de las acciones implicaba, y por las inversiones que supuestamente había hecho en este país. El 31 de octubre, dos días antes de que fuera declarada oficial la salida de Bolivia del CIADI, Ana Palacio (ex ministra de Asuntos Exteriores del gobierno de José María Aznar) y entonces Secretaria General del CIADI, registró el caso de ETI y comenzó el proceso de arbitraje, en el cual Bolivia rechaza participar.

El caso de ETI vs. Bolivia ante el CIADI ilustra cómo las empresas no respetan las leyes nacionales sobre el medio ambiente, la salud y otras leyes de interés público en estos países, además de recurrir al CIADI, un órgano que carece de todo proceso democrático. Pero además este caso no respeta la decisión soberana de Bolivia de salir del CIADI.

ETI señala que ha invertido millones de dólares en Bolivia y que ha mejorado los servicios. No obstante, y a pesar de haber obtenido importantes beneficios económicos, la empresa no ha cumplido con el pago de los impuestos en el país y debe a Bolivia más de 100 millones de dólares (por impuestos no pagados y por la evasión de remesas en el momento de la privatización).

Por otra parte la privatización de Entel ha generado un gran número de conflictos laborales (al incrementarse la precarización laboral de los trabajadores) y conflictos con los usuarios (al no cumplir la empresa con las inversiones prometidas). Cabe destacar que tanto la española Telefónica, que no ha asumido su responsabilidad en este caso (a pesar de controlar 10% de Telecom Italia), como Telecom Italia, disponen de un largo historial de conflictos sociales generados en América Latina, el Estado español e Italia.

Una red de 11 organizaciones activas en Italia, los Países Bajos, el Estado español, los Estados Unidos y Bolivia presentan actualmente este caso ante el Tribunal Permanente de los Pueblos acusando a cuatro actores centrales: Telecom Italia, el Gobierno de los Países Bajos, Telefónica y el CIADI por incidir negativamente en el derecho del Pueblo boliviano a un desarrollo soberano y por actuar a favor del interés económico de empresas que se han comportado con una evidente irresponsabilidad social corporativa.

Eje temático: Nuevo Constitucionalismo y Privatización de la Justicia

Organizaciones denunciantes: Observatorio de la Deuda en la Globalización - ODG (Cataluña, Estado Español), Transnational Institute, Corporate Europe Observatory – CEO, SOMO (Holanda), Campaña por la Reforma de la Banca Mundial CBRM, Asud, Transform (Italia), Fundación Solón (Bolivia), Institute for Policy Studies (Estados Unidos).